TERAPIAS EFICACES INTELIGENTES RÁPIDAS
El cambio como constante en la evolución personal
Terapia Sistémica
El contexto de relaciones influye en la aparición de los síntomas y de las problemáticas que nos dificultan disfrutar de una vida plena y satisfactoria. La familia, como piedra angular, es el núcleo donde consciente e inconscientemente aprendemos diferentes modos de relacionarnos y vincularnos que luego reproducimos e incorporamos en nuestra vida adulta. Por eso, la perspectiva sistémica trata de ayudar a las personas a cambiar sus patrones relacionales cuando no son funcionales y están provocando problemas en la persona.
Entiende que la causalidad de los problemas es circular, no lineal, es decir, que cada acción provoca una reacción en el otro que a su vez influye en la primera acción mencionada. Esto provoca que nos enredemos a veces en patrones de acción y reacción de los que resulta difícil ver alternativa sin una perspectiva externa y distinta, que pueda ayudarnos a ampliar el foco y captar más opciones hasta el momento inexistentes para nuestra mirada.
Terapia Breve Estratégica
La Terapia Breve fue desarrollada por el MRI en Palo Alto, California, para buscar formas más eficientes de ayudar a las personas que solicitan ayuda psicológica. Su intención fue acortar los tratamientos y por ello desarrollaron un método por el cual prestar atención a los recursos que ya poseen las personas para activarlos frente al problema, y a realizar los cambios mínimos necesarios para generar un efecto amplificador que genere cambios a mayor escala con menos esfuerzo. La Terapia Breve trata de resolver las dificultades en el menor número de sesiones posible, que puede ser variable en función de cada caso.
Terapia de Aceptación y Compromiso
En la actualidad, es considerada la más completa de las terapias psicológicas de Tercera Generación (las más recientes), que ofrece una nueva perspectiva desde la que abordar los problemas psicológicos y los trastornos mentales.
Sostiene que el sufrimiento humano forma parte de la vida, es inherente a la condición humana, por la capacidad que tenemos de imaginar sucesos desagradables (ya vividos u observados en otros). En general, tendemos a considerar que el malestar es un problema a solucionar, y la sociedad enseña muchos modos para evitarlo y eludirlo. Sin embargo, centrar la vida en eliminar el malestar, los pensamientos y recuerdos molestos, se ha comprobado que produce un efecto contraproducente.
La constante lucha por la inmediata eliminación del malestar como requisito para vivir, no sólo lo extiende sino que provoca un alejamiento de aquello que, finalmente, es importante para uno mismo. Siendo así, la vida queda reducida a acciones dirigidas a una lucha constante contra el malestar, contra los miedos, contra las sensaciones y recuerdos desagradables, etc.
ACT es, por lo tanto, una terapia orientada a los valores personales; trata de ayudar a las personas que han caído en un bucle de sufrimiento a salir de él y redirigir sus vidas hacia lo que realmente es importante para ellas, aquello que convierte una vida de sufrimiento y dolor en una vida llena de valor y sentido personal.
Aceptación
Es complicado aceptar ciertos momentos o según qué situaciones, por las emociones desagradables que nos producen normalmente fruto de nuestra historia y conflictos personales. Hay ciertos temas que se repiten una y otra vez en nuestras vidas, y cuando logramos responder con aceptación muchas veces desaparecen o aparecen con diferente carga emocional.
Pero, ¿qué es la aceptación? ¿cómo se consigue? Como respirar…se produce de forma natural, creando las condiciones necesarias. Si la forzamos nos sentimos atados y frustrados. Si luchamos contra aquello que deseamos aceptar, dificultamos en gran medida que dicha experiencia aparezca. No hay fórmulas de control. Hay formas de aprender a abonar el terreno para que aparezca.
Acompañamiento al duelo
Hoy en día el duelo es un proceso difícil de abordar desde nuestra «sociedad del bienestar», donde negamos el dolor, la tristeza y la pérdida o las patologizamos directamente por rechazo o por no saber cómo enfrentarnos a ello. La prueba está en cómo se atascan dichas emociones en nuestro mundo desarrollado y cómo se normalizan y se integran en otras culturas industrialmente menos desarrolladas (pero moral o espiritualmente mucho más al parecer).
Si tienes algún familiar en duelo o conoces a alguien que esté atravesando un proceso de pérdida difícil, hay ciertos movimientos que pueden ayudar:
- Empatiza. Ni llores más, ni juzgues. No minimices ni maximices su emoción y su experiencia. Interésate por él o ella. Hazle preguntas sobre su estado de ánimo, sobre su visión de la situación, sin tratar de rescatarlo o conducirlo por donde creas que debería ir mejor.
- Ofrece tu ayuda, no la impongas. Normalmente escuchar es ya una grandísima ayuda en estos momentos, porque ayuda a que la persona elabore y organice su experiencia interna para poder expresarla. Pero respeta el momento. Quizás nos ofrecemos en un momento en que la persona no está preparada para expresar ni organizar nada, primero debe contactar con sus emociones.
- Respeta los tiempos. Es complicado cuando estamos emocionalmente vinculados al doliente, o cuando también tenemos un fuerte dolor. Si es así, puedes indicar otras ayudas externas a tu entorno que puedan ofrecerle respuesta a sus necesidades y a su ritmo, sin presiones y sientiéndose comprendido/a (psicólogos, grupos de apoyo, grupos de terapia, otras personas que también hayan sufrido pérdidas similares, terapias alternativas, etc.).
La experiencia es única e individual, pero el entorno puede facilitar o entorpecer el camino que la persona debe transitar para no generar un sufrimiento añadido e innecesario y transformar la experiencia dolorosa en crecimiento y superación personal.